HISTORIA DE AROA
Todo empezó el último día de cole en Junio 2024 en plena fiesta de fin de curso. Ahí fue cuando «el bicho» comenzó a dar los primero síntomas con vómitos, cansancio continuo y sin apetito. Como esos síntomas no eran todos los días, nosotros – sus padres y la familia – lo achacamos a que simplemente era un virus, como cualquier virus que cogen los peques.
Pero una madre conoce a sus hijos más que nadie y en el mes de Julio, como ella seguía igual, comenzaron las pruebas y citas médicas en las cuales en ninguna salía nada extraño. Yo seguía diciendo que Aroa tenía “algo “ porque no era mi hija, no era la niña alegre, simpática, dicharachera, activa y feliz que todos conocíamos y es que efectivamente el “bicho” iba creciendo y no lo sabíamos…..
Llegó Agosto y, tras no encontrar nada, un familiar muy especial nos dijo de hacer un Tac y justo fue el peor día de nuestras vidas cuando nos reunieron los médicos para decirnos que nuestra hija tenía un linfoma difuso de células B. Es un tumor en la parte blanda del hueso esfenoides, como por detrás de la nariz. Nos dieron el diagnóstico y nos dijeron que teníamos que ir urgente al Hospital Gregorio Marañón.
Desde ese día la vida nos cambió totalmente. Aroa estuvo ingresada un total de 6 meses, no continuados, de tratamiento con quimioterapia. Se quedó sin pelo, cejas ni pestañas. Ningún día se quejó por querer volver a casa y fue una paciente 10. En la planta estaba todo el personal de enfermeros y médicos encantados con ella y con su santa paciencia.
Allí hizo amigos y organizamos cine en la habitación, manicuras, horas infinitas jugando a lo que quisiera, deporte y hasta hacía de auxiliar de enfermería….
La quimio funcionó genial desde el principio y no tuvo que hacer ningún tipo de trasplante ni operación y en Diciembre 2024 tocó la campana porque al bicho lo había machacado.
¡¡ Mi pequeña guerrera pudo con él !!
A día de hoy todo va genial. Sigue con sus revisiones periódicas e intentamos no recordar todo lo que hemos pasado para no ponernos mal.
Gracias a los médicos que le han tratado y curado Aroa vuelve a ser ella