HISTORIA DE FRAN
Cuando entras en el hospital todo parece que se vuelve del revés
Hola, somos los papás de Fran, un peque de 9 años. Somos de Cádiz y tenemos dos hijos más, Lucía (15) y Mateo (5).
Fran siempre ha sido un niño muy activo, amante de los animales y deportista. Juega al fútbol sala y baloncesto. ¡y es del FC Barcelona!
A nosotros nos llegó el diagnóstico un 24 de marzo de 2025, después de estar un año de revisiones en la seguridad social sin detectar nada fuera de lo normal. Incluso visitas a urgencias del hospital por dolor de cabeza que no daban importancia.
En diciembre de 2024 notamos que Fran no respiraba bien. Tenía muchos mocos, fiebre de vez en cuando y roncaba mucho más que antes por las noches. No podía ni dormir, ni jugar con sus amigos. Decidimos buscar una segunda opinión médica, esta vez de manera privada.
Los médicos descubren que tiene un polipo gigante en la fosa nasal izquierda que hay que quitar.
Su diagnóstico, Rabdomiosarcoma Nasal en fase embrionaria.
Cuando te dan la noticia te quedas en shock, pero da la razón a tu intuición de que algo no iba bien y gracias a ser «padres pesados» hemos podido cogerlo a tiempo.
Aunque suene egoísta, no me he permitido rendirme en ningún momento. Mi hijo no puede ni se merece que vaya por debajo de él. Lo hemos tratado, dentro de la gravedad, con la máxima naturalidad posible. Al fin y al cabo es lo que nos ha tocado y había que empujarlo a tener la fuerza suficiente que conlleva todo esto.
Pocos días después del diagnóstico empezamos con pruebas médicas en el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla. Tendría que llevar 9 ciclos de quimio y 30 sesiones de protonterapia. Esta última solo es posible en Madrid. Y con lo que supone un traslado, sobre todo para Fran, nos vinimos 30 días a Madrid. Tuvo que estar lejos de casa, de sus amigos, de sus playas, de sus mascotas,..
Cuando entras en el hospital todo parece que se vuelve del revés. Si las analíticas están bien entonces ingresamos y si vemos sangre al pinchar el porta nos alegramos ..
Fran tiene muy buenos amigos y compañeros, tanto de clase como de equipos, que siempre han estado muy pendientes de él y de su evolución, además de toda su familia.
-“Pronto despertaremos de esta pesadilla mi vida, y habrás conseguido matar al «BICHO», como tú le llamas. Podrás tocar tu ansiada campana, fuerte, bien fuerte como tú quieres.
Viajaremos a todos esos lugares con los que has estado soñando mientras estabas con bombas conectadas en el hospital, aislado en casa, sin poder ver a tus amigos y podrás jugar esos partidos que tan feliz te hacen y que tanto te gustan”-.
Cuando mi hijo toque la campana, respiraré profundo y quizás ese pellizco en el pecho que tengo desde entonces se empiece a disolver. Pero no puedo olvidarme de todos esos niños que siguen luchando y de la incertidumbre de esas familias con sus tratamientos que no funcionan y siguen probando sin saber el final. Os llevamos siempre con nosotros, vuestro dolor también es nuestro.