Carla

HISTORIA DE CARLA

Hola,me llamo Carla. Soy de Toledo, tengo 14 años y tengo dos hermanos, David y Daniela, de 11 años. 

En mayo de 2024 me diagnosticaron osteosarcoma, un tumor en el fémur. Yo tenía 12 años y lo descubrimos porque creían que era una lesión deportiva ya que entrenaba para competir en mi deporte: kickboxing. De repente mi vida había cambiado completamente, había pasado de pelear por medallas a pelear por mi vida. 

En el momento en el que te dicen la palabra “cáncer” desaparece el suelo bajo tus pies (mi madre lo describe como encontrarte de repente frente a un precipicio en equilibrio: no sabes si vas a caer al vacío, pero tienes esa sensación de caída constante). Realmente fue un terremoto para mi familia.

Empecé mi tratamiento en Toledo, pero tuve complicaciones muy graves, tanto que estuve a punto de morir… Gracias al equipo de la UCIP (mis salvadores) remonté con mucho esfuerzo y me trasladaron a Madrid, al Hospital Gregorio Marañón. Allí me recibieron los que han sido mis oncólogos, Cristina y David, quienes me han cuidado con cariño. 

Me fuí recuperando de todas las complicaciones que tenía, pero empezamos de nuevo con la quimio que me producía todos los efectos negativos que os podáis imaginar. De hecho, tuve que llevar sonda de alimentación todo el proceso. 
Tuve varias operaciones en mi pierna y no pude andar durante más de un año, pero sobre todo se hizo difícil el tener que estar ingresada casi todo el tiempo y durante meses.

Vivíamos mi madre y yo en el hospital y mis hermanos y mi padre en Toledo. Ellos venían a vernos cada vez que podían. El que no podía venir era Elvis, mi perro, y yo le echaba muchísimo de menos.

En el hospital pudimos construir un espacio en el que reírnos y disfrutar la vida con cualquier cosa que se nos ocurría, incluso mis traumatólogos me regalaron un “Elvis sustituto” para que me acompañara mientras estuviera ingresada (También me acompañaron Pingüi, de mi amigo Mateo, y Café, de mi abuelo Mariano, de esta manera los dos me pudieron acompañar y apoyarme en los momentos difíciles).

Para superar esta etapa tan complicada me he centrado en las cosas que más me gustan y quiero en la vida: mi familia, mis amigas, el arte, las manualidades, el maquillaje… pero sobre todo el Atlético de Madrid (en cada operación me ponían a todo trapo el himno del Atleti hasta que me dormía).

Ha sido un proceso difícil, en el que hemos necesitado mucho apoyo emocional y en el que hemos aprendido a apreciar lo realmente importante en la vida y disfrutar cosas sencillas como poder salir a pasear sin miedo a contagiarse a la mínima, charlar con las amigas mientras tomas algo, comer cosas ricas sin sabores raros o náuseas, o simplemente tener pelo…es decir, todo lo que supone la normalidad. 

También me llevo muchos amigos, que se convierten en algo parecido a la familia (Aday, Adriana, Eidan, Aroa, Lucía, Daniela, Mireya…) pero también a los médicos y enfermeros con los que se crean vínculos muy fuertes. Me llevo recuerdos muy bonitos y especiales, que se resumen en cariño y amor verdadero, el que realmente hace que podamos seguir adelante